19 Sep Tonsilolitos o Cálculos amigdalinos (Cáseum)
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Sobre las amígdalas
Las amígdalas son estructuras semejantes a las glándulas, situadas cerca de la entrada de los tractos digestivo y respiratorio. Son reconocidas por desempeñar un papel clave para el sistema inmunológico. Usualmente, son la primera línea de defensa, forman la respuesta inmunológica inicial, hacia patógenos inhalados o ingeridos.
Los tejidos linfáticos ubicado en la orofaringe están compuesto por un anillo amidalino circunferencial, conocido como anillo de Waldeyer. Su estructura consta de amígdalas palatinas, adenoides, linguales y tubáricas.
Por lo general, cuando los pacientes y especialistas hablan sobre amígdalas, se refieren a las amígdalas palatinas, ubicadas en la parte posterior de la garganta.
¿Qué son los cálculos amigdalinos?
Explicándolo de forma sencilla, normalmente, las personas ingieren partículas de alimentos, células muertas, gérmenes circundantes y moco. Estas quedan atrapadas en las grietas de las amígdalas, conocidas como criptas.
Con el tiempo, estos restos se calcifican, pasando de un estado suave, similar a un gel a una partícula endurecida. Formando lo que se conoce como cálculos o piedras en las amígdalas.
Pueden ser duros como rocas diminutas, o bastantes blandos, se ven de color blanco, crema o amarillentos. A pesar de que inician siendo pequeños, pueden agrandarse, aunque no es muy común que alcancen tamaños excesivos.
No son crecimientos cancerosos y no están adheridos a los tejidos que los rodean, en su lugar, es más acertado decir que están atascados en ellos.
Los cálculos amigdalinos gigantes
Este tipo de cálculo es clasificado como raro o muy poco común, en comparación con las piedras típicas que se forman en las amígdalas. Generalmente, necesitan extirpación quirúrgica y pueden ser confundidos fácilmente con otras enfermedades. Especialmente con abscesos periamigdalinos o tumores.
¿Quiénes pueden desarrollar cálculos amigdalinos?
Estas solidificaciones pueden ocurrir a cualquier edad, pero son frecuentes entre los 20 y los 60 años. Destacando que los que tienen amígdalas grandes son los más susceptibles.
Algunas personas simplemente desarrollan uno, mientras que otras pueden tener más de uno a la vez. Por otra parte, hay personas que no tienen amígdalas o que son pequeñas, en estos casos es poco probable que desarrollen cálculos amigdalinos.
¿Son contagiosos los cálculos amigdalinos?
No, los cálculos en las amígdalas no son contagiosos, ya que están hechos de un material llamado biopelícula. Esto último es una combinación de bacterias y hongos de la propia boca del paciente. Por lo general, este conjunto de microbios interactúan de forma natural con la química de la cavidad oral de una persona.
Esta mezcla, luego se adhiere a cualquier superficie húmeda, que en el caso de las amígdalas, simplemente se acumula.
Síntomas de los cálculos amigdalinos
Los cálculos pequeños de las amígdalas pueden no causar ningún síntoma, pasando desapercibido hasta por el propio paciente. Incluso, es posible que aunque sean grandes, sólo puedan detectarse después de radiografías o tomografías computarizadas. Los síntomas incluyen:
Halitosis
Un signo principal de un cálculo de amígdalas, es el mal aliento severo, típico de las infecciones en las amígdalas. Un estudio en pacientes con una forma de amigdalitis prolongada, examinó los alientos en busca de compuestos volátiles de azufre, que pueden significar mal aliento.
Los investigadores, encontraron que el 75% de las personas que presentaron cantidades inusualmente altas de estos componentes, también tenían cálculos en las amígdalas.
Dolor de garganta
Estas formaciones pueden causar dolor o malestar, dependiendo del grado de infección y su gravedad. Sin embargo, cuando se junta un cálculo de amígdala y una amigdalitis, puede ser difícil determinar cuál es la causa del dolor de garganta. En estos casos, será necesario hacer algunos estudios.
Cáseum
El cáseum es una masa amorfa, granular y friable, de consistencia y aspecto semejantes a los del queso o el requesón, envuelta por una superficie inflamatoria. Es posible que pueda verse junto a los cálculos de amígdalas.
Molestias en las funciones mecánicas normales
Dependiendo de la ubicación y el tamaño de los cálculos, puede ser difícil o doloroso, tragar alimentos o líquidos.
También es común experimentar la sensación de que algo se atora en la parte posterior de la garganta, o que la irrita.
Otalgia
El dolor de oídos puede ocurrir porque los cálculos se desarrollan en cualquier parte de las amígdalas. En consecuencia, las vías nerviosas compartidas pueden verse afectadas, generando la otitis.
Inflamación
En algunos casos, los cálculos amigdalinos pueden provocar una inflamación crónica de las amígdalas. Al igual que ofrecen el ambiente adecuado para que se desarrolle una infección, principalmente la amigdalitis.
¿Cómo se tratan los cálculos amigdalinos?
Diagnóstico
Los cálculos amigdalinos comparten síntomas con muchas otras afecciones que se desarrollan en la cavidad oral. Esto hace que sea un tanto complejo poder diagnosticarlos adecuadamente. Incluso, en algunas ocasiones son descubiertos por pura casualidad, durante un estudio radiográfico de rutina.
Pero, un médico u odontólogo, pueden diagnosticar los cálculos de amígdalas, con un examen físico. Normalmente no necesitan mayores exámenes, a menos que se encuentren ocultas entre los pliegues de las amígdalas. En tal caso, es posible que se necesiten pruebas de imagen, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas.
Tratamientos
La mayoría de los cálculos en las amígdalas son inofensivos, pero muchas personas quieren eliminarlos porque pueden oler mal o causar molestias. Destacando que los métodos de alivio abarcan tanto remedios caseros como procedimientos médicos.
Remedios caseros
Gárgaras
Hacer gárgaras vigorosamente con agua salada puede aliviar las molestias en la garganta, ayudando a desalojar las piedras. Adicionalmente cambia la química de la boca, eliminando el olor característico de los cálculos amigdalinos.
La solución es super sencilla de crear, con solo disolver ½ cucharada de sal en 8 onzas de agua tibia.
Riego suave
Esto implica disparar agua suavemente en la parte posterior de la boca para tratar de sacar las calcificaciones. Es posible comprar una jeringa con punta curva especialmente para este propósito, o un kit de irrigación.
Sin embargo, es necesario asegurarse de poder seguir las instrucciones cuidadosamente, ya que es posible dañar las amígdalas si se usa demasiada fuerza. Como consecuencia, podría presentarse dolor, sangrado o aumentar la irritación.
Procedimientos médicos
Antibióticos
En algunos casos, el especialista podría recetar antibióticos para controlar los cálculos amigdalinos. Son eficaces para reducir la población bacteriana, que juega un papel crucial en el desarrollo y crecimiento de los cálculos.
La desventaja de los antibióticos es que no tratan la causa subyacente de los cálculos y tiene sus propios efectos secundarios potenciales.
Asimismo, no pueden usarse por una largo plazo, lo que significa que es probable que los cálculos amigdalinos, regresen una vez suspendidos los antibióticos.
Extirpación quirúrgica del cálculo
En casos más graves, es posible que el especialista determine que es necesario extirpar quirúrgicamente el cálculo. Este es un procedimiento simple, que se realiza adormeciendo solo el área alrededor de las amígdalas.
Amigdalectomía
Si los cálculos en las amígdalas se convierten en un problema crónico y causan amigdalitis recurrente, es posible que se considere la extirpación de las amígdalas.
Esto generalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio, pero es posible que el paciente necesite pasar la noche en el hospital. El tratamiento podría provocar un dolor de garganta severo.
Criptólisis de amígdalas con láser
Es una alternativa a la técnica anterior, en la que se utiliza un láser de diodo o CO2, para eliminar las criptas donde se alojan los cálculos. Esta metodología, evita que se vuelvan a formar las calcificaciones.
El procedimiento a menudo se realiza con anestesia local, siendo la incomodidad y el tiempo de recuperación mínimos. De igual forma, se presenta un menor sangrado y dolor, que con la amigdalectomía.
Criptólisis de amígdalas por coblación
Esta técnica es única porque se puede realizar en pacientes adultos sin sedación, usando solo anestesia local. Con este método, se evitan las desventajas significativas del uso del láser. Incluyendo situaciones como las quemaduras en las vías respiratorias o daño en la retina debido a la dispersión reflejada.
El tratamiento de criptolisis de coblación en las amígdalas logra una disminución significativa de los tejidos en una sola sesión. También puede utilizarse para la eliminación directa de los cálculos de amígdalas.
Posibles complicaciones de los cálculos amigdalinos
Si bien las complicaciones de los cálculos de amígdalas, no son comunes, siguen siendo una posibilidad. Una de las complicaciones más graves que pueden resultar, es una infección profunda de la amígdala, conocida como absceso.
Las calcificaciones grandes, son capaces de dañar y alterar el tejido normal de las amígdalas. Provocando irritación, inflamación e infecciones importantes, que podrían necesitar intervenciones quirúrgicas.
Prevención
Higiene
Los buenos hábitos dentales pueden ayudar a prevenir los cálculos en las amígdalas. Cepillarse los dientes dos veces al día junto al hilo dental, higieniza tanto la superficie como los espacios entre las piezas dentales. Eliminando las bacterias y evitando la acumulación de residuos.
Es acertado considerar un raspador de lengua para mantener la lengua libre de suciedad o gérmenes que puedan contribuir con la formación de calcificaciones.
Hacer gárgaras después de comer, también puede prevenir la acumulación de alimentos y otros restos.
Prevención médica
Las personas que tienen amigdalitis prolongada tienen más probabilidades de desarrollar cálculos. Siendo la extirpación de las amígdalas la única manera de prevenirlos.
En algunos casos, una operación para aplanar las superficies de las amígdalas puede ayudar a detener los problemas persistentes.
Evitar los hábitos perniciosos
El hábito de fumar o ingerir alcohol en exceso, reseca la boca aumentando las probabilidades de que se acumulen restos y se formen calcificaciones.
Otras condiciones que afectan las amígdalas
Son conocidas otras afecciones capaces de causar dolor en las amígdalas o cerca de ellas. Muchas de estas comparten similitudes con los síntomas estrechamente asociados con los cálculos amigdalinos.
Con lo expuesto anteriormente, lo ideal es acudir a un especialista para descartar las patologías distintas a los cálculos. Algunas de las afecciones más extendidas serían:
Amigdalitis
Esta afección puede incluir cálculos amigdalinos, consiste en el enrojecimiento e inflamación de las amígdalas, con una posible infección.
Estreptococo de garganta
Se reconoce como un tipo de amigdalitis, con la capacidad de causar un dolor intenso en la garganta o en la parte posterior de la boca. Al igual que muchas otras enfermedades de la boca, a menudo causa fiebre.
Infecciones en encía y dientes
Periodontitis, gingivitis y caries, son las infecciones en la mucosa oral y dientes, más comunes. Son de tendencia dolorosa con el potencial latente de extenderse a la mandíbula, el oído y otras estructuras. Destacando que la diseminación no es únicamente del dolor, sino de las bacterias infecciosa, a otras partes del organismo.
Aunque no son tan populares como otras afecciones, tales como la amigdalitis, los cálculos de amígdalas son bastante comunes en realidad. Aunque exhiben una variedad de síntomas, rara vez provocan complicaciones graves.
Cuando los pacientes presentan cálculos amigdalinos de una forma recurrente, asumir mejores hábitos de higiene dental es esencial. Otra buena medida contra estas formaciones es mantenerse hidratado. Sin embargo, si la persona aún se siente incómoda o ha comenzado a experimentar molestias, siempre podrá acudir con un especialista.