20 Abr ¿Qué es absceso dental? Síntomas. Tratamiento.
¿Qué es un absceso dental?
Es una acumulación de pus en el tejido de la boca. Puede surgir en las encías, en la pulpa dental o en la mandíbula. A menudo el pus aparece en una zona primero (encía) y se extiende progresivamente hacia las demás (pulpa y luego mandíbula) si no recibe el tratamiento adecuado.
¿Cuáles son las causas del absceso dental?
Para la formación de un absceso, es necesaria la presencia de una infección que produzca pus en el organismo. Las infecciones pueden producirse en el cuerpo de diferentes formas. En la boca, es por medio de caries, enfermedades periodontales o un sistema inmunológico débil.
Causa primaria: Infecciones
Caries
Las caries ocurren por una higiene deficiente en el individuo. Al no limpiarse correctamente la boca después de comer, los residuos se sedimentan y provocan sarro, un conjunto de bacterias que se alimentan del diente y producen un ácido que lo corroe. Si una carie avanza mucho hacia el centro de la pieza dental, llega a la pulpa: el centro donde existen los nervios y los vasos sanguíneos. Al entrar en contacto con este tejido, puede empezar a producirse el pus y posteriormente abrirse un absceso.
Bolsas periodontales
También conocidas como enfermedades de las encías, las enfermedades periodontales, además de las caries, también ocasionan lo que se denomina como bolsa periodontal.
Es un espacio hueco que se crea entre el diente y la encía, debido al crecimiento bacteriano, que pudrió todo el tejido que se hallaba donde ahora se encuentra la bolsa periodontal. Este crecimiento bacteriano puede volverse lo suficientemente hostil y provocar un absceso cuando alcance la raíz o pulpa dental.
Causas secundarias
Mala higiene
La mala higiene bucal provoca la acumulación de placa bacteriana y posteriormente caries. Como se ha mencionado anteriormente, estas bacterias corroen el diente hasta el centro, ocasionando la perdida del diente en el peor de los casos. No cuidar nuestra higiene bucal correctamente es un factor predisponente al absceso dental.
Sistema inmunológico debilitado
Cuando no cuidamos nuestra higiene bucal y adicionalmente padecemos de una deficiencia inmunológica, la actividad de las bacterias en nuestros dientes es más rápida, provocando que las caries o las enfermedades periodontales empeoren con mayor rapidez, predisponiendo los abscesos dentales con más facilidad.
¿Cuáles son los síntomas del absceso dental?
Fiebre y malestar general
El absceso dental es una infección en el cuerpo, por lo que el sistema inmunológico alertará provocando fiebre, deshidratación y mialgia.
Inflamación
El cuerpo envía glóbulos blancos hacia el foco de la infección, es decir, el área del absceso. Esto abulta el tejido y se puede percibir inflamación en la cara o en las encías adyacentes a la zona afectada.
Sensibilidad y sangrado de encías
La inflamación es capaz de provocar una compresión de los nervios que circulan por la zona afectada, generando una mayor sensibilidad en la persona, por lo tanto, haciendo del dolor más intenso y focalizado.
Dificultad para utilizar la boca
La sensibilidad y el dolor intenso le dificultan a la persona comer, masticar y tragar, y en algunos casos graves también dificultan el habla. Asimismo, los abscesos dentales provocan halitosis y mal sabor de boca para la persona cuando se alimenta.
Dolor intenso
La compresión de los nervios de la encía y del diente, provocados por la inflamación y la supuración de pus, ocasiona un dolor intenso descrito como “palpitante”, que puede llegar a afectar la mandíbula, provocando dolor y sensación de calambres en esta. El dolor puede ser agravado al masticar o consumir alimentos con temperaturas diferentes a tibio.
¿Cuáles son las consecuencias de un absceso dental?
Las consecuencias que se describen a continuación suelen tener lugar cuando el absceso dental no recibe la atención médica necesaria, provocando que el padecimiento se agrave. Si usted tiene un absceso dental y actualmente se encuentra recibiendo la supervisión y tratamiento de su odontólogo, puede estar tranquilo por la baja probabilidad de experimentar estas consecuencias.
Infección grave
Cuando las infecciones no son tratadas a tiempo, se diseminan hacia otras zonas del cuerpo, agravando progresivamente el estado inmunológico de la persona y empeorando los síntomas sufridos. El absceso dental inicia expandiéndose hacia el resto de la mandíbula y la pulpa dental. En el peor de los casos, una infección agravada produce sepsis.
Daño permanente en los tejidos
El tipo de daño puede ser a nivel nervioso, causando una perdida o muerte del tejido que vuelva necesario el uso de injerto dental.
Perdida de dientes
Cuando la infección se extiende, puede dañar el diente más cercano al foco de infección, pudriendo la pulpa y haciendo necesario extraer el diente para tratar la infección correctamente. Posteriormente, será necesario el uso de implante o prótesis dental para recuperar la pieza.
Problemas de salud general
Un absceso dental agravado, que se ha expandido a otras áreas de la boca creando una diseminación, provoca un debilitamiento del sistema inmunológico, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, etc.
¿Cómo se diagnostica un absceso dental?
El examen debe ser realizado por un profesional capacitado en el área, por ejemplo el dentista, odontólogo y el endodoncista. Los exámenes primordiales para evaluar el estado de un absceso dental son:
Evaluación física
Hinchazón
Abultamiento y enrojecimiento de las encías.
Sensibilidad
Dolor intenso y anormal al tocar en la zona afectada.
Daño en el área
Presencia de caries o de alguna enfermedad periodontal que pudiera provocar una infección en la persona.
Radiografía dental
A través de la radiografía, el profesional detectará el foco infeccioso, la extensión de la infección y el tamaño del absceso. Sin embargo, si se encuentra en etapa inicial, será difícil detectarlo por medio de la radiografía.
Examen de vitalidad pulpar
Se hace para determinar el estado de la pulpa o centro vital de nuestro diente, si la infección ya ha llegado a este y si el diente debe o no ser extraído para el tratamiento efectivo de la infección.
Análisis de la calidad de los dientes.
En el caso de un absceso dental, ayuda a examinar superficialmente la calidad de los dientes, para obtener previas suposiciones de los resultados del examen de vitalidad pulpar y la radiografía dental.
¿Cuál es el tratamiento para un absceso dental?
Existen diferentes tipos de tratamiento, pero en general suelen utilizarse varios en conjunto, para erradicar la infección de forma uniforme y conservar lo mayor posible la integridad de los dientes, encías y mandíbula.
Drenaje del pus
Se hace una incisión proporcional al tamaño del absceso, para drenar el pus fuera de la bolsa, limpiándolo con ayuda de una gasa. El drenaje disminuye la inflamación, aliviando al paciente y mejorando su condición.
Antibióticos
Tienen como objetivo combatir las consecuencias de la infección, tanto a nivel local como en todo el cuerpo (si la infección se ha diseminado).
Tratamiento de conducto radicular
Si el absceso ya ha alcanzado la raíz del diente, puede ocasionar necrosis en la pulpa, dejando el diente inservible. En los casos donde sucede esto, se realiza el tratamiento de conducto radicular. El dentista elimina solamente la pulpa infectada con tal de poder salvar el diente. En el tratamiento, se limpian los canales radiculares, se extrae la pulpa y después se rellenan y sé sellan para evitar la propagación de la infección.
Extracción dental
Es el último recurso entre los tratamientos. Cuando el absceso ya ha alcanzado la pulpa y ha dejado el diente inservible, este debe ser extraído para poder hacer una limpieza uniforme de toda el área gingival alrededor.
¿Cuáles son los cuidados posteriores?
Mantener el área limpia
Es importante recibir instrucciones acerca de la higiene que llevaremos luego de haber tratado el absceso. Su odontólogo debe explicarlas; sin embargo, los cuidados generales incluyen: cepillarse suavemente y con cuidado, no usar productos (pastas y enjuagues) que puedan irritar la herida y limpiarla 3 veces al día con agua.
Dieta
Evite los alimentos pegajosos y demasiado crujientes o duros, ya que ejercen mucha presión en los dientes y las encías, ocasionando dolor en el área del absceso. Asimismo, los alimentos deben entrar en contacto lo menos posible con el área gingival donde se encontraba el acceso, puesto que podrían infectarla.
Evite el tabaco y el alcohol
Estas sustancias dificultan y retrasan la cicatrización de la herida. Evítelos durante el tiempo que esté en recuperación.
Asistir a las revisiones
Debe acudir puntualmente a las revisiones programadas, para cumplir con un seguimiento estable de las condiciones del absceso, y prevenir infecciones futuras que hagan recaer el área en otra complicación.
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